El centro de clasificación funciona con equipamiento de alta tecnología Mobba y desempeña importantes funciones en la cadena.

Cuando los huevos entran en la instalación, se procede a realizar una selección manual, para desechar los huevos sucios y rotos. Los que se hallan en buen estado pasan por un sistema UV de desinfección que emplea rayos ultravioleta contra la salmonella.

Posteriormente, una cámara de miraje analiza los huevos para eliminar los que estén fisurados y, finalmente, una máquina denominada crack detection busca posibles microfisuras —que no son perceptibles al ojo humano— y separa las unidades dañadas.

Superados estos controles, marcamos los huevos con el código de la explotación, los clasificamos por peso y los envasamos. Normalmente se colocan en palés de 11.880 huevos, o en cajas de 360 huevos, que forman un palé.

Estos son los pesos de clasificación que manejamos:

Cuando el huevo está envasado, pasa a unos almacenes de temperatura controlada con el fin de que conserven sus propiedades intactas hasta el momento de su distribución.